Caracas, 01 de Enero
Querida Ex:
¡Te juro que anoche barrí el piso con mi sombra, pana, de lo grave que estoy sin ti...! Menos mal que soy un macho, que si no... El Juanga como que tiene razón: “no cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”... O más bien será que la costumbre llega a ser necesidad, como se dice, y la necesidad amor, digo yo, quién sabe, porque me haces burda de falta, como dicen los chamos de hoy.
Me dejaste más solo que una tuna, chama, y no me repongo por más que lo intento...
¡Estaba tan acostumbrado a ti!... Y sin embargo, para que veas que sigo siendo noble, o pendejo, como dijo mi hermano, al final de esta carta te transcribo unas líneas que hice anoche, borracho perdío y buscándote en el piso de la sala, llorando como un hombre, “pues los hombres lloran como las mujeres porque tienen débil como ellas el alma”, según el poema de Manuel Mur Otti.
Eso sí, espero algún día al menos una explicación, un mensajito, como hacen algunos suicidas (sin que esté dando a entender que sin mí no vales nada, mosca), que justifique o explique tu abandono, chama, porque por más vueltas que le doy a mi ya desmemoriada cabeza, no me topo con ninguna razón valedera para lo que has hecho... ¡Y justo el último día del año, como un triste augurio de lo que me espera: “te veo venir, soledad”, como dice el Franco de Vita!..., y eso sin contar con el tremendo rayón con la familia, y la acusadera con los ojos, y tener que poner cara de yonofuí...
Quiero que sepas que no te guardo rencor porque te sigo amando y el amor no puede odiar aquello que ama, so riesgo de contrariar su propia naturaleza (como leí en alguna parte), pero no me negarás que fue una crueldad escoger la fecha de ayer para marcharte (y sin llevarte siquiera el celular); ¿hay algún simbolismo en eso, mi amor, algún mensaje que yo deba entender...? (Acuérdate que a veces le meto al bruto que juega garrote.)
En fin, una vez más te recuerdo el título de la canción de Camilo Sesto que tantas veces nos reconcilió luego de nuestros más fuertes atajaperros: ¡Perdónameeee!, y como siempre me reclamaste la cuestión de que nunca te había escrito un poemita, ahí va lo de anoche, repito, y espero que de alguna manera puedas leer estas líneas para que entiendas cabalmente la tronco de vaina que me echaste yéndote como un cometa, mujer maluca:
Caracas, 31 de Diciembre, once y media de la noche:
Ya va a morirse un año, Amada mía:
Sin ti, la Navidad qué triste ha sido;
qué triste fue sin ti este día.
Esta noche, al compás del latido
del reloj, mi risa se hará llanto
tenaz por ti, por mí, porque te has ido.
Porque ya no será el cariño tanto
ni tanta la pasión, ni igual el beso
que otra me dé; ni el mismo dulce encanto.
Será en vano que en otros brazos (preso)
yo olvidarte pretenda, dando tumbos;
de esa lucha (lo sé) no saldré ileso.
¿Por qué, Señora Mía, me has hecho daño
dejándome tan triste y moribundo
al mismo tiempo que agoniza el año...?
Esta noche, mi amor, iré sin rumbo
(buscándote) y entre los no dichosos
seré yo el más triste vagabundo.
Hoy va a morirse un año. ¡Qué alborozo
entre los que celebren su agonía!
Yo no he de celebrarla, que lloroso
he de esperar que llegue el nuevo día
(del feliz Año Nuevo el día primero),
para gritarte: ¡Donde estés , te espero
para la otra Navidad, Señora Mía!
Tu ex tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario